Fue ese día

El 22 de noviembre fue ese día en el que nació en mi, de nuevo la esperanza. Esa esperanza que te nubla el juicio y hace creer que todo el dolor que llevas sufriendo durante años desaparecerá, por arte de magia. Esa esperanza con la que nace en ti el sentido de supervivencia máximo con el que vas a comerte el mundo. El 22 de noviembre fue ese día.

Todo parecía que iba sobre ruedas, el dolor vulvar era menor, el dolor en la uretra un recuerdo y la vejiga llena no dolía. Pero una candidiasis por el antibiótico deslució mi victoria y 4 semanas después volví a quirófano para implantar el neuromodulador definitivo.

El 20 de diciembre fue un nuevo renacer. Un gran dolor postoperatorio me tuvo en cama tumbada de costado, sin poder sentarme, en plena Navidad en donde las escasas reuniones familiares eran un reto y donde una #endovikinga imbécil pensaba que podía con todo. Dolor, dolor, dolor...

Sí, mi nuevo renacer con culo biónico mediante me ha traído unos nuevos dolores, insoportables of course, que me limitan la existencia de tal modo que tengo que sentarme en almohadones, hacer malabares para poder recostarme en la cama y que tras 1 mes de la cirugía sigue sin poder sentarse, tender la ropa, pasar el aspirador, barrer, caminar un rato o cargar la bolsa de la compra.

La esperanza que había nacido un 22 de noviembre no ha desaparecido simplemente ha puesto el foco en otro objetivo. De eso va la vida con dolor crónico. De marcar objetivos e ir surcando retos vitales para poder sobrevivir en un mundo inventado en donde las personas con dolor crónico tenemos unas barreras invisibles, unos lazos que nos atan pies y manos, el cuerpo entero para no dejarnos ser o existir en consonancia, en libertad. 

Mi esperanza es poder volver a sentarme y aguantar una película entera, dos tiempos de un partido de fútbol infantil, ir a la comprar a por 2 latas de tomate y unos yogures sin tener que morir en el intento. Esa es mi nueva esperanza. Que el dolor en el coxis y zona lumbar/nalgas desaparezca o que al menos exista algo que lo minimice. (No, los aines y tramadol no hacen nada).

Muchas me han preguntado en Instagram si he vuelto al trabajo, si no es hora de hacer vida normal, si estaba tan contenta con mi neuromodulador y culo biónico qué es lo que pasa para que esté "mal". 

Hay veces que no me apetece responder, y no lo hago. Hay veces que me apetece responder y escribo un post.



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