Vida real en el paraiso

Cuando me separé, en febrero de éste año, no tenía trabajo ni ningún tipo de ingreso pero me fuí de alquiler, con mi hijo, gracias a la ayuda de mis padres.

Desde ese momento puse todo mi esfuerzo en encontrar un trabajo y en marzo ya tenía uno, algo precario (te lo conté aquí). Cuando éste terminó, sin tener aún la sentencia de divorcio, me fue imposible optar a percibir el subsidio que me correspondía por el mero hecho de seguir legalmente casada. Y así, con el estrés del momento, me surgió un nuevo trabajo precario en mayo.

En ésta ocasión el puesto era grabador de datos en un empresa importante de Cantabria que, además, opera a nivel nacional. 

¡Grabador de datos! un chollo pensé. Ninguna responsabilidad y simplemente escribir, escribir, escribir...

"Cuando una tiene reconocida una discapacidad es por algo"

Las primeras semanas no me importó estar sentada de cara a una pared, sin que nadie me hablase, me viese o se relacionara conmigo. Era un trabajo temporal por un mes, no pasaba nada.

Cuando cumplí el primer mes el hecho de tener que anunciar la necesidad de ir al baño, con vejiga hiperactiva,  de no tener descansos visuales, con migrañas, de no poder levantarme del asiento, con neuropatías de los pudendos y dolor crónico pélvico... hizo que ese trabajo temporal comenzara a incidir, negativamente, en mi salud.

Llegó un momento en el que las migrañas eran constantes y no lograba hacer ceder al dolor. 

Llegó un momento en el que el dolor pélvico hacía que mis piernas fallaran.

Llegó un momento en el que mirar a la pared se me hacía cuesta arriba y blasfemaba sobre los "compañeros" que me hacían de menos por estar contratada a través de un ETT. 

"Nada pasa por casualidad"

Pero también llegó el día en el que entablé conversación con una chica sentada cerca de mí. Con una chica normal, que decía cosas normales y a la que le parecía, como a mí, que aquello no era normal.

Llegó el día en el que cesó mi contrato y puede respirar aliviada.

Y, también, llegó el día en el que puede decir que ese trabajo temporal pagó mis facturas, minó mi salud y me dio una amiga.