La discapacidad que no discapacita

Hay quien guarda con sigilo, bajo siete llaves y con un dragón custodio, el hecho de que sufren una discapacidad. Sin embargo, yo, me alegré muchísimo cuando me reconocieron la mía. 

Mi discapacidad ha llegado por la suma de diferentes patologías pues, haber perdido órganos, no vitales, no es suficiente para llegar a ese 33% que marcan como mínimo.

Lo cierto es que he tenido que luchar, a través de los canales administrativos del Hospital, para recopilar todos mis informes médicos, pese a ser un derecho de todo paciente.
"El paciente tiene derecho a disponer de la información escrita sobre su proceso asistencial y estado de salud en términos comprensibles. En este contexto, tiene derecho a acceder a la documentación de su historia clínica y a obtener una copia de los datos que en ella figuren". (derechos y deberes de los ciudadanos en el Sistema Cántabro de Salud)
Por lo que lograr una resolución positiva, con un grado permanente igual al 34%, fue motivo de satisfacción y alegría, pues, gané ésta batalla. Mas, éste capítulo, por desgracia, no está cerrado. Tengo que seguir luchando, a golpe de reclamación administrativa, ya que en éste dictamen han obviado el Dolor Crónico producido por mis Neuropatías en el Nervio Pudendo e Inguinal(aquí qué es una Neuropatía o Dolor Neuropático) Pero ésto ya es otra historia.
Ahora que soy legalmente discapacitada o minusválida, como prefieras etiquetarlo, se abren ante mí nuevas "oportunidades" laborales. Es decir, tengo opción a entrar en la bolsa de empleo de organizaciones como ONCE y, puesto que los empresarios están exentos de pagar a la Seguridad Social por mí, soy un diamante en bruto, muy jugoso.

Pero... ¿la discapacidad discapacita?

Está claro que cuando una persona "gana" el título de discapacitado/minusválido es por algo. Negar ésto es absurdo. Lo que yo no tengo tan claro es si los empresarios que, se benefician del mal ajeno económicamente, son conscientes de ello.

La discapacidad que no discapacita creo que es inexistente.

En mi caso hace poco que he logrado acceder, de nuevo, al mundo laboral por mi condición de discapacitada. 

Lo primero que ha hecho la empresa ha sido realizarme un reconocimiento médico. El doctor de la mutua se ha interesado por mi valía como trabajadora. Obviando que llevo en paro dos años y medio, que hace un año que sufro neuropatías y que tengo mi carnet de discapacidad aún sin estrenar, le he dicho que soy completamente válida. 

Naturalmente llevo en formación trabajando 6 días, sin descanso, en horarios de 7 horas, estoy muerta pero... "hago buena cara". Mi discapacidad no me discapacita para el desempeño del trabajo, sin embargo, mis neuropatías lo notan.

Un discapacitado puede trabajar, sin lugar a dudas, pero lo que él esconda con  sigilo, bajo siete llaves y con un dragón custodio, sólo él lo sabe.







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