Drogovikinga la reina de la neuropatía

La Endometriosis es tratada con hormonoterapia y laparoscopia, no obstante, éstos métodos no la curan. Sin embargo, dependiendo del grado de afección de la paciente, muchas mujeres mejoran su sintomatología a pesar de que la enfermedad les acompañará el resto de su vida.

Esto lo sé hoy, en el año 2014, cuando me sometí a mi primera laparoscopia entré a quirófano pensando que mi endo mejoraría y podría repetir maternidad.

Obviamente, eso no sucedió, pero eso ya lo sabes. Lo que no te he contado nunca es que, desde aquella primera intervención, un fortísimo dolor en el lado derecho (a la altura del ovario) me acompañaría para siempre.

Cuando fui derivada al Hospital de Cruces lo primero que expliqué fue ese dolor. Allí lo achacarían al precario estado del ovario y, en aquel momento, tenía sentido. Pero el tiempo me ha demostrado que estaban equivocados. 

Tras permanecer 6 horas en quirófano, para realizar mi histerectomía, lo primero que recuerdo, al despertar de la anestesia, es sentir un dolor fortísimo en el lado derecho.

Al principio todos creyeron que el dolor era por haber sacado el ovario. Nuevamente se equivocaban. Tras todo el padecimiento logré que, 10 meses después de la operación, me derivaran a la Unidad del Dolor.

Allí me están tratando hace 9 meses y tienen muy claro que, mi dolor, es un dolor crónico neuropático (Neuropatía: Enfermedad del sistema nervioso, especialmente la no inflamatoria) producto de la Endometriosis y de alguna de las intervenciones quirúrgicas.

Tengo dañados el nervio inguinal derecho y el pudendo (El nervio pudendo es un nervio que se encuentra en la región pélvica y que inerva los genitales externos, así como también los esfínteres de la vejiga urinaria y del recto) por lo que veo mermada mi calidad de vida. 

Pese a todo, tengo la gran suerte, de contar con un Médico empático y entregado a la causa, mi causa. Un médico que no pone en duda ni una sola de mis palabras y que intenta aliviar mi dolor sobre todas las cosas.

Ayer tuve consulta con él. No sólo me ha dado más drogas, para intentar controlar el mega dolor de ésta última temporada, si no que me ha alentado a dejar las sesiones de fisioterapia del suelo pélvico, que me aumentaban el dolor neuropático. Me ha escuchado y juntos hemos tomado decisiones.

El pudendo está guerrero, el inguinal no descansa y mi cerebro lucha contra ellos gracias a que soy Drogovikinga a tiempo completo. 

En marzo me enfrentaré a un nuevo bloqueo nervioso mediante radiofrecuencia y si eso no me ayuda, con el dolor, tendré que optar por la implantación de un neuroestimulador pero eso ya se verá.

Tengo claro que jamás debemos conformarnos ni con un primer diagnóstico, ni con esas impresiones subjetivas, pues los médicos también son personas y no lo pueden saber todo. Luchar porque te atiendan médicos cualificados, en campos específicos, es agotador pero también muy gratificante. Estar en manos de profesional médico cualificado hace que todo esfuerzo merezca la pena.

endovikinga@gmail.com

Comentarios