Mi DramaComedia

Sentarse frente a una pantalla siempre es un reto pero, cuando tienes mucho que contar y pocas ganas de describir tu realidad... todo se hace bola.

Al fin el 5 de diciembre entré por tercera vez a quirófano -la doctora de inspección del INSS ya podía estar contenta pues tras llamarme 2 veces a revisión y decirme textualmente "habla con quien tengas que hablar para que agilicen tu operación" al año exacto de estar de baja por la negligencia médica o abandono, como prefiramos llamarlo, me operaban-. A ese quirófano en donde te operan sin sedarte ni  dormirte abriéndote por la cicatriz anterior sacarte la pila y para hacerte un agujero en el glúteo más profundo y grande en donde meterte esa misma batería de 4x5cm y coser sobre la misma incisión como si nada. Pues al fin.

Mi urólogo me había explicado cómo iba a ser el proceso pero, a la hora de la verdad, mientras esperaba en la sala a ser llamada para entrar al quirófano la nueva cirujana del equipo de urología funcional me dijo que no me iba hacer lo que había dejado programado el que ya no es desde hace tiempo "mi urólogo del amor" porque era una salvajada y que esa opción se deja para última opción si otras previas fallan. Total que me iban a realizar una cirugía "mejor". 

Lo cierto es que estando ya en postura pavo a punto de ser rellenado, con anestesia local que duerme la piel y ya, comencé a notar el bisturí pasar, luego el bisturí eléctrico y sentir mucho dolor en la zona de la pila (que me la cambiaban de sitio precisamente porque me produce un dolor indescriptible, sobre todo cuando se presiona sobre ella) así que empecé a sentirme muy, muy rara. No era un mareo (si me sigues ya sabes que soy esa que se desmayó la primera vez que le pusieron botox para la migraña), eso lo tengo plenamente identificado, era otra cosa. Un mal cuerpo máximo, un decir mi cuerpo "hasta aquí Marta". Y... tuvieron que llamar al anestesista que estaba en las dependencias porque había cirugías de trauma en este hospital secundario del SCS.

Gracias a ello pudieron operarme, si no... como he contado en Instagram en este video, no sé que hubiera pasado.

Ya han pasado 15 días de la cirugía, me han quitado todos los puntos y... TENGO DOLOR.

Al caminar me duele bastante, no puedo ir sentada en el transporte público y de pie ya era un problema antes de, todo lo demás igual de regular. Así que el día 18 de enero tendremos que tomar una decisión sobre qué hacer con el neuromodulador sacro. Esta nueva doctora, que ahora mismo me parece super sensata y empática, me ha dicho que no me va a tener sufriendo (y mucho menos 1 año), esperamos a esta fecha de enero para ver qué evolución sigue pues todo está aún muy fresco tras la cirugía y, aunque te vas en el día a tu casa son intervenciones que no dejan de ser abrir el cuerpo para meter un dispositivo. Necesitan unos tiempos de curación interna.

Todo me parece lógico y entra dentro de lo normal, veremos que va pasando pero amiga esto pinta mal. Como no podría ser de otra manera en mi dramacomedia

Este año parece que no tengo ni Navidad pues no he puesto el árbol y el adolescente que vive conmigo pasa de todo, como es lógico y normal a estas edades (que una tiene buena memoria y sabe perfectamente cómo era a esa edad). 

Realmente estar metida en casa 1 año es duro a nivel emocional, mental y no quiero caer en movidas turbias pero hay ratos que... puffff Me tiene que tocar de una vez una super noticia que me va tocando. Por imaginar que no me suban más el alquiler jajajaja 

A ti que me lees, espero que las cosas te esté resultando más sencillas o llevaderas que mis últimos meses a mi. Si también estás un poco cuesta arriba o cuesta abajo y sin frenos podemos llorar juntas.



Comentarios

Publicar un comentario

Gracias por leer, me encantaría saber tu opinión.